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agosto 04, 2011

Benignísima Madre de Misericordia! Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, Esposa del Espíritu Santo, noble descanso de toda las Santísima Trinidad; elegida del Padre, preservad por el Hijo y amada del Espíritu Santo. Tú eres en las cosas dudosas nuestra luz, en las tristes das consuelo, en las angustias alivio, y en los peligros y tentaciones fiel socorro. eres paraíso de gracias y espirituales dones. Bienaventurados los que de veras te aman y sirven, y los que por santidad de vida se hacen siervos y devotos tuyos, a tu piedad, pues recurro Reina y Señora mía, para que me enseñes, gobiernes y defiendas en todas las horas y momentos de mi vida, suplicándote humildemente ahora me alcances de la Majestad Divina, la gracia que el presente te pido, si conviene para bien de mi alma, y si no conviene, tú como Abogada mía, dirige mi voluntad sólo a lo que sea honra y gloria de Dios, y salvación de mi alma.

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